ME SIENTO TRISTE

02.06.2018

ME SIENTO TRISTE Y NO SÉ POR QUÉ

A veces me siento triste y no sé por qué. No hay motivos. Todo va bien, me siento feliz, pero, en algún momento no puedo evitar que me invada una sensación de tristeza, y no sé por qué. ¿Será porque me falta algo? ¿Será por recordar tiempos mejores? ¿Será por recordar tiempos peores? Pero a veces me siento triste, y no sé por qué. Cumplí mis sueños, tuve lo que quise, soy plenamente feliz. O, ¿es que me faltará algo? Siempre encuentro estímulos, siempre tengo ilusión por algo, soy capaz de encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, pero a veces me siento triste, y no sé por qué. Quizás porque el tiempo pasa demasiado rápido y los años se van cada vez más de prisa. Quizás por el tiempo sombrío y gris que despierta desánimo. Quizás por recordar a quienes no están. Quizás por recordar a quienes están pero que han cambiado. Quizás por algo que pude hacer y no hice. Por lo pronto que se convierte un instante en demasiado tarde. Quizás por gente que me decepciona de alguna manera. Quizás por algún tren que dejé pasar y al que me debía de haber montado. Por alguna oportunidad que perdí. No lo sé. Tal vez por problemas ajenos que veo, y que me afectan de alguna manera. Por gente que sufre. Por ver injusticias. Por ver situaciones ajenas que me dan por pensar. Por un mundo que no es justo. No lo sé. Pero a veces me siento triste, y no sé por qué. Y necesito muy poco para sentirme feliz. No me abruma la soledad, sino que más bien me resulta una bendición y un recreo. Lo malo pasó, lo bueno y lo más bueno llegó. En momentos difíciles siempre me consolaba pensando que hay gente que está mucho peor. Siempre se da gracias por tener salud y por estar bien. Dicen que quejarse por vicio y estando relativamente bien es tentar al Demonio. Alguien me dijo que es mejor vivir el presente, no atormentarse con el pasado y no desconcertarse con el futuro, pero a veces no se puede evitar de se despierten los recuerdos dormidos y que inconscientemente desconcierte un futuro incierto. Me encuentro bien. Me estimulan mis ideas, mis proyectos, planear un viaje, hacer un viaje, dar un paseo, contemplar un paisaje, mirar un amanecer o una puesta de sol, la llamada inesperada de un amigo, el mensaje de alguien que evidencia que se acuerda de mí... Me estimula el calor de la amistad, de la familia, de la armonía... Tener buenos amigos y buenas amigas... Pero a veces me siento triste, y no sé por qué. No quiero pensar en algún ataque de fantasmas tan terribles como la envidia o los celos. No hay motivo. No hay problemas. Todo va bien. Pero hay cosas, acciones o conductas que bajan el ánimo. A veces una imagen me estimula, pero a veces una imagen me da por pensar y reflexionar. También hay canciones o músicas que estimulan y despiertan una sonrisa, tal vez por traer un recuerdo; y canciones que al escucharlas recordamos un mal momento. Una palabra, un reflejo, un efecto óptico, puede desviar nuestra atención y nuestro pensamiento. La mente humana es muy compleja, los pensamientos son todo un mundo, los sentimientos a veces indeterminados e inciertos. La vida nunca deja de dar lecciones. De los errores se aprende. Pero sonrío a la vida, que me ha dado tanto, sonrío a la vida por hacer lo que me gusta y disfrutar de lo que hago. Me gusta mi trabajo. Disfruto de mis ocios. Me encanta caminar, leer, escribir, viajar, reír, tomar una cerveza, o una copa, en buena compañía, una tertulia con gente agradable, tocar la guitarra, cantar, y cantar al amor, al desamor, a la vida y a la felicidad. Me encanta rodearme de gente que me quiere, que me ayuda, que me apoya, que me anima, que me estimula, que me aconseja, y que me da mucho. Sonrío a la vida, y le sonrío una y mil veces mientras pueda vivirla.

© 2018 Heavy Lab. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar